El Manchester City derrotó a la terrible Bielorrusia con pura inercia

A veces, esto parece ser solo un simple curso de entrenamiento del Manchester City, dedicado al equipo de Inglaterra ensayando pacientemente cómo encontrar los huecos en la defensa apretada. Entre un intento y otro, el club de fútbol Mönchengladbach ni siquiera lo atacó. Hipocresía. La pelota continuó, el ciclo de la pelota se reanudó y el líder del primer ministro siguió golpeando la pelota de manera aburrida. Algunas propiedades están casi afectadas. A Guardiola no le importó, su propuesta le ayudó a entrar en Budapest -obligado a exiliarse a los alemanes- ganó el 19º partido consecutivo, más de un empate.

Joao Cancelo es quien aporta las chispas necesarias para iluminar la noche. Partiendo de la extraña y efectiva posición que ocupa el portugués, el lateral izquierdo ha sido defensivo, el mediocampo está en estado de transición y el interior está en estado ofensivo, inventó dos centros para solucionar el duelo. Los dos apuntaron directamente a la cabeza de Bernardo Silva que había llegado a la segunda fila. El primero de ellos fue directamente transformado por él, y el segundo se extendió a Gabriel Jesús, para que pudiera resolver a los brasileños en un área pequeña.

Desde los primeros juegos, está claro que el juego seguirá el impulso. Al Manchester City le faltaba profundidad e imaginación en el último tercio del campo de batalla, los defensores alemanes estaban por todas partes, pero no parecía importarles. A veces mueve la pelota con impaciencia, lo que incomoda al público y espera a que aparezca el hueco, lo que crea una oportunidad peligrosa. Se dice que lo encontró Cancelo media hora después de que entrara el juego. Cruzó el área y Bernardo Silva, que se encontraba a 173 cm del futbolista, aprovechó al máximo la pasividad de Elvedi para entrar en la portería de Sommer.